Después de
ver los resultados de las elecciones andaluzas, el Partido Popular de la
Comunidad Valenciana y el de Madrid estarán la mar de contentos. Con estos
resultados se consolida lo que ya ocurrió en Valencia en las elecciones
autonómicas pasadas: da igual que un partido político tenga imputados por
corrupción en su seno, a la gente les da absolutamente igual, i por tanto
siguen votando a los mismos. El clientelismo político extiende sus raíces, cada
vez más robustas, gracias al apestoso estiércol de la corrupción.
Mi propia fe
No, a la gente no gusta que, uno tenga su propia fe. (Paco Ibáñez)
lunes, 23 de marzo de 2015
viernes, 20 de marzo de 2015
Bienvenidos
LA MALA REPUTACIÓN
(Paco Ibáñez)
En mi pueblo sin pretensión
Tengo mala reputación,
Haga lo que haga es igual
Todo lo consideran mal,
Yo no pienso pues hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño;
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos todos me miran mal
Salvo los ciegos es natural.
Cuando la fiesta nacional
Yo me quedo en la cama igual,
Que la música militar
Nunca me supo levantar.
En el mundo pues no hay mayor pecado
Que el de no seguir al abanderado
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos me muestran con el dedo
Salvo los mancos, quiero y no puedo.
Si en la calle corre un ladrón
Y a la zaga va un ricachón
Zancadilla doy al señor
Y aplastado el perseguidor
Eso sí que sí que será una lata
Siempre tengo yo que meter la pata
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos tras de mí a correr
Salvo los cojos, es de creer.
No hace falta saber latín
Yo ya sé cuál será mi fin,
En el pueblo se empieza a oír,
Muerte, muerte al villano vil,
Yo no pienso pues armar ningún lío
Con que no va a Roma el camino mío,
No a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
No a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos vendrán a verme ahorcar,
Salvo los ciegos, es natural.
En mi pueblo sin pretensión
Tengo mala reputación,
Haga lo que haga es igual
Todo lo consideran mal,
Yo no pienso pues hacer ningún daño
Queriendo vivir fuera del rebaño;
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
No, a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos todos me miran mal
Salvo los ciegos es natural.
Cuando la fiesta nacional
Yo me quedo en la cama igual,
Que la música militar
Nunca me supo levantar.
En el mundo pues no hay mayor pecado
Que el de no seguir al abanderado
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos me muestran con el dedo
Salvo los mancos, quiero y no puedo.
Si en la calle corre un ladrón
Y a la zaga va un ricachón
Zancadilla doy al señor
Y aplastado el perseguidor
Eso sí que sí que será una lata
Siempre tengo yo que meter la pata
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Y a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos tras de mí a correr
Salvo los cojos, es de creer.
No hace falta saber latín
Yo ya sé cuál será mi fin,
En el pueblo se empieza a oír,
Muerte, muerte al villano vil,
Yo no pienso pues armar ningún lío
Con que no va a Roma el camino mío,
No a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
No a la gente no gusta que
Uno tenga su propia fe
Todos vendrán a verme ahorcar,
Salvo los ciegos, es natural.
Después de
estar un tiempo pensando qué título podría ponerle al blog, escuché esta
canción en la radio. Ya hacía mucho tiempo que no la había oído, así que se me
prendió en el disco duro del cerebro y empezó a rodar por la cabeza durante
todo el día como un disco rayado. Y en un momento dado se me encendió la
lucecita.
Yo también
soy un elemento díscolo como el protagonista de la canción, tampoco me gustan
los militares, los ricos ni los obispos, y en mi pueblo tengo cierta fama de
tocapelotas, así que creo que esta canción me define bastante bien. Es por eso
por lo que decidí poner este título al blog.
Aquí voy a
escribir y a opinar sobre todo lo que me dé la real gana, sin buscar la
complicidad o el agrado del posible lector. Es mi casa y en ella hago lo que
quiero. Si quieren, también es la suya. Invitados están.
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